26 abril 2006

Los Euronautas

De la serie: Banalidades

Estaba un dia leyendo la gaceta de la UNAM (ja, sono como a historieta del Santos), y descubrí que la Universidad tendrá pronto un cosmonauta y que este tendría que ir a estudiar a Rusia. Cuando se lo comenté al Rule, cometí el error de mencionarlo como astronauta. Para los conocedores (como el Rule) la diferencia entre los términos es obvia, de acuerdo al origen: sovietico o gringo. Pero el debraye vino despues, cuando intentamos dilucidar el termino correcto para los viajantes al espacio de origen europeo "no ruso" (porque Rusia tambien está en Europa, al menos en parte). Pasó por mi mente el termino de espacionauta, mismo que ya encontré por ahí en la red, pero la Flor tuvo una mejor idea: Euronauta. Me pareció bastante chido, y tomando en cuenta que desde la Union Europea pa'ca todo suena mejor con el prefijo euro, pues que mejor que designarlos así. Me gustó mucho más que taikonauta, que según el google es como se le denomina a los viajantes al espacio de origen chino.

19 abril 2006

El libro de Mozilla

De la serie: Bloghuatitlan, un cyberpueblo como muchos

Creo que el Libro de Mozilla podría llegar a ser el segundo libro ficticio más famoso, solo despues del Necronomicón. Pero solo cuenta con tres pasajes. Entonces me dije hace poco: Voy a crear mi propio pasaje. Así nomás, por que se me hinchó. Aunque creo que eso le quita un poco de su inexistencia, pero bueno. Helo aquí:


"Porque todos aquellos que no crean en mi, son causas perdidas de antemano. Pero llegará un día, en que sus pensamientos se llenarán de tinieblas, y no sabrán a donde ir..."

De El Libro de Mozilla, 4:13

10 abril 2006

48 horas con la misma camisa

De la serie: Mis otros yos


Hace poco me pregunté: ¿por qué había comenzado un blog, si no tenía tiempo para escribirlo? Ni siquiera parece tener un tema o motivo central, a no ser por las quejas.

La respuesta es ese mismo intento de escapar de mi cotidianidad, de ese estado de "no tengo tiempo" que me rodea desde hace unos cuantos meses. Creé un blog para escapar de mi mismo por unos breves instantes, para cuando pueda darme un tiempecito para escribir. Pero eso no ha ocurrido.

Hoy inventé un nuevo método. Estoy escribiendo en mi casa (donde nadie me molesta) y me llevaré esto al trabajo (donde ya no quiero estar, y cuando estoy no me siento de humor para escribir mi blog) y lo subiré.

Decidí escribirlo, porque creo que ya toqué fondo. Por tocar fondo me refiero a pasar 48 horas con la misma camisa. Me levanté el viernes y, como de costumbre, me bañé y me vestí. Solo llegué 10 minutos tarde, lo cual es mucha ganancia, porque llevaba tres días luchando contra el nuevo horario de verano (maldito, como lo odio) y todo iba bien, hasta que se llegó la alta noche, y como consecuencia de comerme una gomita de dulce (de esas de colores y que traen una cubierta de azúcar), ésta hizo corto con las 8 cervezas y cuatro tequilas que llevaba encima. No me crucé ni nada parecido, no me hizo daño el pollo con mole, ni el arroz, ni los frijolitos. Fue la maldita gomita, caso parecido al de la fresa deshidratada con azúcar que me hizo lo mismo hace tiempo. Y después de guacarear como 100 ml de bilis (¿que poquito, no?) repartido en tres o cuatro incursiones al baño, caí rendido y amanecí tal cual había caído, es decir, vestido.

Eso no es tan grave, casi cualquiera ha tenido una mala peda, y amanece con un aliento matadragones, despeinado y con la ropa toda arrugada. Pero sucedió que después de desayunar un "atole de puesto de la esquina", en algún tramo de Miguel Ángel de Quevedo, llegué al depa, vi un rato una entrevista que le estaban haciendo a Joserra (si el de la tele, el de deportv) y decidí continuar durmiendo (con la misma ropa, of course) hasta las dos o tres de la tarde, hora en que me levanté, me peiné y decidí ir a comer al centro. Comí en ese restauran que ya casi puedo decir que hasta le agarré cariño: La pagoda. Luego me pasee un rato por el centro, hasta compré un libro en la Gandhi: "Flores en el ático". Pero es para una amiga, se lo voy a regalar en su cumpleaños. Me acabé por fin mi crédito del celular, y cuando regresé al depa, solo hice dos cosas: salir a comprar mi tarjeta telcel (odio los celulares sin crédito. Odio todos los celulares en sí, pero desde que me hice de uno, los odio particularmente cuando no tienen crédito) y regresar a ver la telenovela coreana del canal 34. Y volví a dormir (con la misma ropa puesta), pensaba que solo me echaría un coyotito, que después de un rato me daría frío y me tendría que levantar a merendar, y me acostaría como dios manda, pero ya no hace frío por estos días. En algún momento alcancé la toalla y me cubrí los brazos con ella. Eso fue suficiente. Me desperté como a las cuatro de la mañana (hora estimada según reloj biológico interno) me quité los zapatos como pude, y volví a dormir. Me levanté como entre diez y once de la mañana. Técnicamente eso hace como unas 51 horas con la camisa puesta, pero para cuestiones simples, lo dejamos en 48. Son las 6 y media de la tarde, ya me bañe y cambié. Aun no hago los resúmenes que tengo que entregar mañana, pero por lo menos ya comencé a escribir algo. Mañana temprano lo estaré publicando en el blog.

P.d. No es tempranito, ya son las 6 y media, y no he terminado los resumenes (supongo que eso es reflejo psicosocial de que quiero que me corran), pero ya estoy publicando de nuevo.