El güiri güiri (malditos hooligans)

De la serie: Mis otros yos

Cualquier otro post que haya tenido en mente, pasa a segundo lugar a raíz de esto:
Clase de japonés, somos tres hombres y dos mujeres. La sensei nos da unas banderitas de diferentes paises y nos pide que digamos algo que se puede hacer en cada uno de esos países. La niña junta a la que estoy sentado (que estudia psicología) tiene una del Reino Unido. Inmediatamente viene a mi mente el personaje del güiri güiri, el que destruye el escenario de los protagonistas cada 4 años, que golpea a Jose Ra, le engrapa la corbata y demás faramalla. Pero, por alguna extraña razón, no recuerdo el nombre, y me quedo con la sugerencia a media boca:

- Puedes convertirte en...
- ...
- (Como se llaman estos weyes... los destructores... ¿skinheads? No, esos son los alemanes rapados...)
- ...
- El personaje este, del güiri güiri, como se llama...?
- ¿De quien? (con una cara de asombro que no cabía en ella. Mezcla de incertidumbre y de lo gracioso que le había parecido la palabra güiri güiri)
- Del güiri güiri
- o_O
- Andrés bustamante...
- ¡Oye, no tengo tu edad! (cubetazo de agua fría... a punto de enfurecerme por haber insinuado una diferencia generacional, pero de pronto me doy cuenta que aún sale en la tele...)
- Sale en la tele... Cada dos años... en las olimpiadas y en los mundiales...
- No lo conozco...
- ¿Dr. Chun-ga?
- ¡Ja! (de nuevo esa expresión de este wey me está bacilando con esos nombrecitos, pero no voy a soltar la carcajada por que va a creer que me simpatiza -aunque yo se que sí-)
(¿Que otro personaje es famoso de este wey?)
- ¡Ponchito!
- ¡No! ¡En serio no lo conozco!
- ¡Tenía un canal de televisión! (¿Cómo puedes no conocerlo?) ¿Ponchivisión?
- Te digo que no tengo tu edad
(¡Suficiente!)
- ¬_¬ ... No es necesario... (serenidad y paciencia...) te apuesto que cualquiera de ellos lo conoce... (le digo señalando a los demás compañeritos)
Como ven mi brazo señalandolos, voltean y me miran intrigados.
- ¿Conoces al güiri güiri?
- Si - contesta la otra niña
- ¿Al Dr. Chun-ga?
- Claro - contesta otro compañero
- ¿Andrés Bustamante, no? - Pregunta el tercero.
- Tenía un canal de televisión, ¿como se llamaba?
- Ponchivisión... ¿Ves?
Le digo nuevamente, pero aun así se queda con una cara de pues no se en que mundo viven, pero yo, no lo conozco...
- Bueno, la idea era... (los skinheads... ¡no, wey!, que esos no son...) ¿como se llaman estos tipos super fanáticos del futbol?
- ¡Ah! ¿Las barras bravas?
- Si, pero los que son ingleses...
- ¿Los Hooligans?
(Putísima madre de esos pendejos, por haber hecho que se me olvidara su nombre...)
- ¡Esos! Bueno, el güiri güiri... (sonrisa macabra de ella, pensando que ese nombre era, todavía, muy cagado para escucharlo y permanecer impávida) mmm... Andrés Bustamante tiene un personaje que es precisamente un Hooligan, y hace desmadre y medio, destruye el escenario, Golpea a Jose Ramón, le engrapa la corbata, se la corta...
- ¡Ja! ¡No lo conozco, en serio! (riendose mas abiertamente, -creo que ya me enamoré de esa sonrisa- pensando en que no ha de ser tan malo ver al hooligan engrapando y cortando la corbata de JoseRa)
(si, ya se que no lo conoces... ¿Sabes que? Ya no importa. En Inglaterra puedes hacer hacer cualquier otra cosa... lo de Hooligan era... era solo una idea... creo que no era buena... haz lo que quieras...)

Cuando salí de ahí, me fui meditando: Si, wey, tu te crees raro porque tardaste una semana en enterarte del Tsunami... Pero ella, ha vivido toda su vida sin el güiri güiri...

Unas fotillos

De la serie: México lindo y querido

Hace poco fui a Malinalco, pero no me quería quedar con el antojo, y de camino pasamos a Chalma. De los pocos lugares donde uno se puede encontrar cualquier cosa, y para muestra, unas fotos:

¡Tenga cuidado con sus cosas, está en una iglesia!

Por lo mismo, aqui no se lavan trastes, por si se le había ocurrido...

Pero aun así, no se olvide del postre...

¿A quién lo regañaban de niño por comer tierra? A mi no, nunca se me antojó, pero si conocí algunos casos...

Soy blogadicto

De la serie: Bloghuatitlan, un cyberpueblo como muchos

Pues eso, ya me volví blogadicto.

Existirá un Blog de Blogeros anónimos, donde cuentas tus ondas, y los demás te cuentan las suyas, y te dicen que te entienden, y te animan, y demás pendejaditas?

Pregunta...

De la serie: Mi lado femenino

Platicando con una amiga en el no-messenger:

Ella: aaa es que ya sabes, uno es niña
y pues cada mes necesita uno doparse
YO: eh, bueno, no todas las niñas...
solo algunas...
Ella: jijijiji
solo a las que nos da mucho dolor

Y yo me pregunto... ¿realmente será tan terrible vivir así?
Quisiera apostar a que hay mujeres a las que no les afecta, o bien que aunque les afecte, lo superan estoicamente.

¿Pero cuantas mujeres serán?
Me pregunto... si eso les generará algún sentimiento de culpa, del tipo: soy mujer, y estoy condenada a sufrir... Ella dice que no, pero, la verdad, quien sabe...

Te descubrí mirandome...

De la serie: banalidades

Me encantan las meseras. Tengo fantasías con muchas de ellas. La favorita de la temporada, es decir, la que nos atiende en el lugar donde vamos a comer tres días a la semana, se llama Susana. Es linda, pero tiene un no se que, que me hace detenerme. Es obvio que no le soy ni me es indiferente. Ya le he demostrado que me interesa, siempre le doy las gracias por cualquier cosa, y de manera muy atenta. Le he hecho preguntas y comentarios más personales (hasta le dejo buena propina, ja!). A veces le saco una sonrisa. Eso ya cuenta como que corresponde un poco a veces, tomando en cuenta que siempre tiene una actitud bastante altiva. Hace poco hasta se mostró atenta y me aclaró que el helado de postre era de vainilla y no de fresa, mi sabor favorito. Pero no se que me detiene a buscar algo más; si solo es la ilusión de llegar a algo con la linda meserita que me atiende, o la época de recesión de ninguna mujer me convence... o un poco de ambos. Así que hoy fui un poco desganado a comer, y por primera vez en mucho tiempo, no puse mi cara de tonto de siempre, con la que la sigo por todo el restaurante, esperando que en algún momento me mire y pueda sonreírle. Y curiosamente, se dio cuenta. Se dio cuenta que no la miraba y fue ella la que mi miró en su recorrido hacia la cocina. Lo noté inmediatamente, pero soy muy bueno disimulando. Lo hizo en más de una ocasión, una y otra vez.

Ni siquiera porque sonaba un poco ronca, le pregunté por su estado de salud. Todo el tiempo fingí que estaba atento a la conversación de mis compañeros. Inclusive cuando me fui, no la busque con la mirada como he hecho otras veces. No se por qué. Será que realmente no quiero que pase nada con ella…

Una peda gratis

De la serie: Mis otros yos

Ayer me fui "de borracho con mis amigotes" y nos salió gratis la peda.
Le pago al mesero con uno de a 500, y me regresa una moneda de 5, un billete de 20, y de nuevo el billete de a 500... cuando debería ser de 200.
Nos vimos generosos y le dejamos los 25 de propina.
Con lo que nos regaló pagamos los tacos.
Hoy amanecí crudo, y llegue tarde a mi trabajo... por hora y media...

Se solicitan mojados

De la serie: Banalidades

Se solicita mano de obra barata para construir muro fronterizo. Interesados presentarse en la frontera, pero atrás de la raya. No será posible quedarse del lado gringo de la barda, así que deberan estar preparados para cualquier eventualidad.

Ya en serio... cuanto a que va a haber mojados trabajando en la barda?

Soy un perro de Pavlov

De la serie: Mis otros yos

Tuve que hacerlo. Regresé a estudiar idiomas, no puedo vivir sin ellos. Por primera vez en la vida estoy pagando por un curso. Las cuotas de la universidad de uno o dos pesos por un semestre, no cuentan, son simbólicas. Las maestras de japonés tienen una técnica muy peculiar de dar clases. Existen ademanes predefinidos, como cruzar los antebrazos en forma de equis, o levantar la mano y hacer los trazos de un kanji en el aire. También hay ciertos materiales, que forman parte ya del equipo de enseñanza. Las fotos nunca faltan, los dibujos son otros. Y uno se acostumbra a todo eso. Después de tres años de haber dejado el japonés, el examen de colocación me puso en un nivel muy básico. Así que me encontraba frente a una maestra, que nos pasaba unos dibujos de la misma manera que hacen los psicólogos a sus pacientes, uno detrás del otro, y preguntándonos que es lo que hacía la persona del dibujo. Y de repente, sin saber porque, las palabras brotaron de mi boca. No sabía porque, es más, no sabía que estaba diciendo, pero a cada dibujo yo respondía con algo. Un algo que si me lo hubieran preguntado en otras circunstancias, no hubiera podido recordar. Pero ahí, en la clase, algunas neuronas oxidadas se activaron, y me hicieron responder como autómata frente a cada uno de los estímulos que yo recibía. Soy un perro de Pavlov.